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El plástico no es basura

Por Santiago Flores

Esta columna está inspirada en una entrevista de Ladera Sur. Haz click aquí para leerla.

“El plástico no es basura, es materia prima” dice Michel Compagnon, gerente general de Comberplast, empresa con una historia de 40 años dedicados a pensar sustentable y comercialmente el polímero. De hecho, su bajada de marca es “pensando el plástico”. La frase de Compagnon es una cita de la entrevista que le hicieron.

Un paradigma así sólo es posible aterrizarlo con extrema dedicación. Es sumamente rupturista y de ser cierto, alentador. Pero, ¿es verdad?

Compagnon justifica el punto amparándose en la durabilidad del plástico, que es la misma razón que nos tiene sumidos en una crisis ambiental global. La diferencia es el prisma desde el que se analiza el punto: lo que plantea es que la correcta administración del flujo del plástico permite reconvertirlo las veces que sea necesario, cambiándolo de forma y por lo tanto, de uso.

Suena bien, pero se requiere un trabajo gigantesco como desafío social: no tiene que ver exclusivamente con desarrollar campañas comerciales, porque este mercado crecerá en la medida que la conciencia del ser humano lo haga en ese tema específico y eso puede tardar generaciones. Mientras ese cambio no se concrete efectivamente, la actividad y sus soluciones se mantendrán en etapa de prototipo, por millones de dólares que vendan.

Tampoco pretendamos que este modelo de negocio sea la solución al problema global. Este depende de múltiples factores y por lo tanto, debe ser combatido desde muchos frentes a la vez, algunos con el foco puesto en el corto y otros en el largo plazo.

Pero en fin, este artículo fue escrito en resumen para aplaudir el proyecto, felicitar a los fundadores y su resiliencia y lucidez en la visión. Faltan muchos emprendimientos como este.